
12 Abr Lactancia materna, vuelta al trabajo y no morir en el intento 😅
La vuelta al trabajo tras el permiso de maternidad es uno de los momentos más difíciles para las recién estrenadas mamás que en ocasiones piensan que en este punto llega el fin de la lactancia. Sin embargo no tiene por qué ser así ¡no tienes por qué morir en el intento!
La reincorporación laboral supone la primera separación de tu bebé. Un momento crítico a nivel emocional en el que es normal sentir tristeza, angustia e incluso algo de ansiedad por el hecho de dejar a tu bebé en casa. Un punto de inflexión en el que las mamás tienen miedo de cómo será a partir de entonces la alimentación de su pequeño o pequeña. La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses y acompañada de alimentos hasta los dos años o más, siempre que así lo quiera tanto la mamá como el bebé. Así que si así lo deseas tranquila porque la vuelta al trabajo y la lactancia materna exclusiva son compatibles. ¡Toma nota! Te dejamos algunos consejos para que esta situación se te haga más sencilla.
El permiso de lactancia
Debes saber que tienes derecho a solicitar el permiso de lactancia o permiso para el “cuidado del bebé lactante”. Es un permiso retribuido que paga la empresa y que puede solicitar la madre, el padre o ambos desde que se acaba la baja por maternidad/paternidad hasta que el bebé cumple los 9 meses. Existen tres formas de disfrutarlo:
- Ausentarte durante una hora al día de tu puesto de trabajo. Este tiempo se puede fraccionar en dos medias horas y eres tú la que elige la franja horaria dentro de tu jornada ordinaria.
- Reducir la jornada media hora al principio o al final del turno de trabajo.
- Acumular las horas de permiso para conseguir jornadas completas. Este caso solo se puede disfrutar si así lo permite el Convenio Colectivo o se acuerda con el empresario. Para calcularlo bastará con sumar 1 hora por día de trabajo efectivo independientemente de la jornada que se haga.
Además, si los dos progenitores trabajan y ambos solicitan el permiso de lactancia, se podrá solicitar su disfrute hasta que el menor cumpla los doce meses. Eso sí, el periodo que va desde los 9 hasta los 12 no será retribuido y se descontará del salario la parte proporcional de esa ausencia.
Lactancia diferida
Una pequeña aclaración. El término Lactancia Materna Exclusiva se refiere al tipo de leche que alimenta a tu bebé y no al recipiente con el que se hace. Puedes dar a tu pequeño o pequeña biberón con tu propia leche y seguirá siendo lactancia materna exclusiva.
Lo más importante será respetar las señales de hambre del bebé y para ello el método Kassing es el mejor.
Nuestro amigo el sacaleches
Aunque cueste porque no quieres pensar en la vuelta al trabajo es importante planearla con antelación para garantizar la continuidad de la lactancia materna exclusiva. Varias semanas antes de tu reincorporación tendrás un nuevo mejor amigo: el sacaleches.
Es recomendable que vayas creando tu propio banco de leche, realizando extracciones y congelándolas en recipientes adecuados destinados para ello. Te aconsejamos que guardes bolsitas de diferentes cantidades para así ir ajustándote a las necesidades del bebé y evitar que la leche acabe en el fregadero.
Y ¡ojo! Las primeras extracciones pueden ser decepcionantes. Es probable que te saques muy poquita leche, pero ten en cuenta que la succión del bebé es muchísimo más efectiva que la de cualquier máquina así que ¡tranquila! No lo estás dejando con hambre. Prueba a estimularte el pecho antes de la extracción, no estés muy pendiente del sacaleches, piensa en tu bebé, contempla vídeos o fotografías suyas durante el proceso o huele alguna de sus ropitas; esto te ayudará a conseguir una mayor cantidad. Además, siempre debes empezar por un nivel bajo de potencia de succión e ir aumentándola progresivamente. No estés más de 10 minutos en cada pecho, lo ideal es entre 5 y 7 minutos. Vete alternando y no alargues la extracción más de 30 minutos en total.
Lo ideal sería que tu pequeño o pequeña se alimentase siempre con leche fresca, pero en caso de no poder ser así es primordial seguir unas medidas de seguridad e higiene. Es muy importante congelar la leche lo antes posible, tener en cuenta su “caducidad” y ante todo nunca calentarla ni en el puchero ni en el microondas. Bastará con llevarla a temperatura ambiente o atemperarla sumergiéndola en un recipiente con agua caliente o bajo el grifo antes de ofrecérsela al bebé. Y una vez descongelada podrás mantenerla refrigerada hasta 24h para usarse después pero nunca, nunca volver a congelarla.
Una vez te hayas reincorporado a tu puesto de trabajo también es una excelente opción extraerte leche durante tu jornada laboral. Si vas a pasar muchas horas en la oficina ésta será un lugar ideal para sacarte una o varias tomas. Tan solo necesitarás un espacio limpio y una nevera para guardar la leche, ya sea fija o portátil.
Métodos de suplementación
Tu te vas a ausentar, así que tendréis que buscar el método de suplementación que más guste a tu bebé en ausencia del pecho. Existen muchas formas de alimentar a la criatura con tu leche en tu ausencia y aquí te presentamos algunas de ellas:
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- Jeringa-dedo: consiste en introducir el dedo meñique del adulto en la boca del bebé con la palma de la mano hacía arriba para estimular el paladar ya que esto produce la succión. A la vez, en la comisura de los labios, se introduce la jeringa y se va administrando la leche. Este método permite alimentar al pequeño o pequeña conforme va succionando lo que garantiza que tome la leche que necesita.
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- Vaso o cuchara: aunque te pueda parecer imposible los bebés desde pequeñitos son capaces de alimentarse con un vasito. Se puede usar un vaso pequeño normal pero también existen otros más blandos de silicona. Para suplementar de esta forma bastará con que apoyes el vaso o la cuchara en el labio superior del bebé y permitir que vaya lamiendo la leche. Es importante que el bebé esté sentado y si son pequeños nunca debes vertir la leche dentro de la boca ya que esto puede provocar atragantamientos. Deben ser ellos los que con su lengua vayan recogiendo pequeñas cantidades. Este método es apto para bebés y niños de cualquier edad si se hace respetando las necesidades que hemos señalado.
- Vasito de inicio: estos vasos se consiguen fácilmente en cualquier farmacia o supermercado. Los hay de dos tipos: con válvula antivuelco que evita que la leche se derrame y sin ella. Si no la tienen este método es ideal para bebés de más de 6 meses que son capaces de agarrar el vaso y tragar sin dificultad. Si tienen válvula antivuelco, los bebés a partir de los 4 meses, deben aprender a hacer vacío para utilizarlos ya que deben tomar la leche succionando como si lo hiciesen de una pajita.
- Botella de agua especial deportistas: este método es para bebés de más de 8 meses porque requiere un mayor control a la hora de tragar. Es una forma de suplementar económica con la que ellos manejan la cantidad que quieren tomar.
- Biberón: es el método más tradicional y utilizado. Es lo primero que nos viene a la cabeza cuando pensamos en realizar una suplementación. Aquí volvemos a recordar el método Kassing. Es importante que el bebé coma sentadito con el biberón lo más horizontal posible para que así sea él el que regule la ingesta de leche y no se estrese ni atragante. También existen los biberones cuchara para los nenes que rechazan la tetina.
Las huelgas de hambre son normales
Probablemente tu te vas a preocupar si tu bebé decide no comer durante tu ausencia, pero debes saber que es completamente normal. Al principio, la mayoría de bebés que han tenido lactancia materna exclusiva son reacios a tomar biberón o a alimentarse de otra forma que no sea el pecho. El problema no es que no les guste la leche, lo que no les gusta es el recipiente.
Hay bebés testarudos que se niegan rotundamente a que nadie les introduzca nada en la boca, sea cual sea el método de suplementación con el que se intente. Pueden pasar las horas que ellos siguen en sus trece hasta que su mamá entra por la puerta. Son bebés para los que es más importante estar con la mamá que comer y por eso se declara en huelga las horas que ella está fuera de casa.
¿Y no pasa nada? No, no pasa nada. El bebé se encargará de recuperar esas “horas perdidas” cuando tenga cerca a su mamá.
Tranquila, lo estás haciendo bien
La maternidad no es fácil. Es difícil alejarse de una cosita tan pequeñita que todavía te necesita tanto. Es difícil volver a trabajar y dejar a tu hijo/a con un cuidador. No es fácil sacarse leche ni es fácil decidir no hacerlo. Es complicada la decisión de continuar o acabar con la lactancia materna exclusiva pero ten en cuenta que seguro que todo lo que hagas lo harás pensando en su bien. Como mama y como persona haz lo que puedas que seguro que será suficiente porque el amor por un hijo/a lo puede todo.