
22 Dic ¿Cuándo cambio a mi bebé del capazo a la silla de paseo?
Una de las preguntas que más repiten a nuestras fisioterapeutas infantiles es cuándo es el momento más adecuado para dar el salto a la silla de paseo y por eso hoy queremos dar respuesta a esta cuestión con argumentos, queremos daros el porqué de fijar un momento concreto para ello.
Cuando recibimos la noticia de que un bebé está en camino una de las primeras compras que hacemos es el trío compuesto por el cuco, el capazo y la silla de paseo. ¡Qué momento tan especial! En busca del idóneo, que sea evolutivo y completo. Sin embargo, por más vueltas que le demos se trata de un elemento que suele causar polémica ya que en muchas ocasiones, sobre todo por desconocimiento, se utiliza de manera incorrecta.
Antes de pasar a hablar del salto a la silleta queremos dejar claro que el cuco no es recomendable para periodos largos de tiempo ya que el bebé no adopta en él una postura adecuada. No se puede usar como primera silla sino más bien utilizarlo para trayectos cortos como la bajada del hospital a casa o las primeras citas con el pediatra por la comodidad que ofrece de no tener que mover al bebé de un sitio a otro. Pero ahí se queda su función ¡nunca lo utilices para nada más allá!
El tiempo pasa volando y probablemente antes de que te quieras dar cuenta tu bebé será demasiado grande para el capazo o simplemente empezará a no gustarle ir en él. El momento de decidir cuándo hacer ese cambio es muy importante para los padres y madres y generalmente surgen mil dudas sobre él. El paso del capazo a la silla es clave para la evolución de tu hijo o hija pero es igualmente importante no precipitarse ni dejarse llevar simplemente por las instrucciones que trae el cochecito.
Normalmente los pediatras recomiendan que los bebés empiecen a ir sentados en su silla de paseo a los seis meses pero este dato no es una verdad absoluta y se trata de algo muy relativo. Cada niño es un mundo y lleva su propio ritmo de desarrollo así que, además de en la edad, hay que fijarse en otros aspectos para saber si tu hijo o hija está realmente preparado para el cambio.
Lo ideal sería esperar a que se siente por sí mismo pero este hito se suele alcanzar entre los 8 y los 10 meses y ningún bebé aguanta hasta esa edad en el capazo. Seguro que mucho antes lo notas incómodo o que intenta incorporarse para ver más y mejor. Lo fundamental para dar el salto a la silla es que tu bebé sea capaz de controlar su cabeza, su cuello y sus dorsales y que pueda mantenerse sentado con apoyo. De esta forma te asegurarás de que no sufra daños en su espaldita por estar en una posición forzada.
Pero ¿y cómo compruebo que es capaz de esto? Puedes sentar a tu bebé en el suelo y desde detrás sujetarlo con tus manos a la altura de su pelvis. Si es capaz de mantener la postura sin arquearse manteniendo el equilibrio está preparado. Lo más recomendable es que este cambio sea gradual, comenzar con la silla en la posición más tumbada e ir incorporándole poco a poco hasta que acabe totalmente sentado. El paso a la silla conlleva una serie de ventajas para tu hijo o hija. Se le abre un abanico de posibilidades. Tendrá mayor libertad de movimientos, más visibilidad, más estímulos para sus sentidos, mayor capacidad de socialización y sobre todo estará mucho más entretenido. Pero lo dicho, ten paciencia, no tengas prisa, observa a tu hijo y su evolución motora, ya que su salud no es ninguna competición.
Así que antes de correr para realizar el cambio, ya sea porque tu bebé es muy grande para el capazo o demasiado inquieto para aguantar en él una idea mucho mejor es el porteo ergonómico. Una forma de desplazar a los pequeños que se ha utilizado a lo largo de la historia, que les otorga una postura inmejorable y que favorece el contacto madre-hijo tan importante en sus primeros meses de vida.